Las carillas dentales son finas láminas de porcelana o de composite, de aproximadamente 0,3-1 mm. de espesor, que se colocan cubriendo toda la superficie anterior del o de los dientes.
Las carillas de porcelana se unen fuertemente al diente por medio de un adhesivo especial. La unión es tan fuerte que tras colocarlas no se pueden retirar a menos que se rompan.
Se colocan para enmascarar anomalías del color de los dientes (que no pueden tratarse mediante el blanqueamiento convencional), para disimular alteraciones del tamaño, forma o posición dental, confiriendo al diente un aspecto más ideal.
Las coronas dentales o fundas dentales de porcelana son, como su propio nombre indica, un recubrimiento total del diente que simula toda la anatomía coronaria. Los tipos de corona son:
Corona metal-cerámica: Son las confeccionadas de porcelana fundida sobre metal son más fuertes que las de cerámica puras y más estéticas que las de metal. No obstante, sus estructuras metálicas dan una opacidad a las coronas de porcelana fundida sobre metal y carecen de la calidad reflectante de los dientes naturales, por lo que no son tan discretas; y con el paso del tiempo, es posible que se vea una franja de metal a lo largo de la línea de la encía.
Coronas de zirconio: La gran diferencia es que la base en vez de ser de metal, es de un compuesto cerámico muy duro a base de zirconio. Para su fabricación se utiliza tecnología CAD-CAM (diseño y mecanizado asistido por computadora). Se logra un ajuste muy bueno y la gran ventaja, es que es blanco y no gris como el metal, por lo tanto son más estéticas, pero son más caras que las metal-cerámica.